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Nunca fueron buenas

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"Ocho apellidos catalanes"

"Aunque su predecesora es considerada por muchos como una de las mejores películas de todos los tiempos o incluso..."

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Ocho apellidos catalanes (2015)

"Estereotipada en exceso"

Si vives en España, seguro que has visto una de las películas de comedia de referencia, 8 Apellidos Vascos. Esta parodia de estereotipos vascos y andaluces fue un éxito tanto en taquilla como entre la crítica. La película consiguió recalcar de una forma efectiva las costumbres de ambos extremos del país, uniendo a través de la risa a los vértices opuestos tanto geográfica como culturalmente. 

 

El problema viene cuando la costa Este de la península se siente excluida y deciden continuar una película perfectamente cerrada. 8 Apellidos Catalanes es el nombre de esta secuela, siguiendo la línea de la primera parte. En esta, como puede intuirse por el título, son tres las comunidades autónomas parodiadas, Andalucía, País Vasco y Cataluña. Es cierto que esta última es una de las regiones más ricas del país en lo que a cultura, costumbres e idiomas se refiere, pero incluirla junto a las otras dos solo consigue quitar fuerza al contraste. 

 

La historia de amor entre Amaia, interpretada por Clara Lago, y Rafa, con Dani Rovira haciendo el papel, se rompe tras el final feliz de la primera parte. Amaia está ahora a punto de casarse con otro hombre, un hipster catalán interpretado por Berto Romero. Salvando la actuación de este último, que es un valor añadido para la película, la trama es pobre y forzada. Se pierde por completo de vista el sentido de la primera, parodiar mediante estereotipos que chocan entre ellos. La cultura catalana se hace con todo el protagonismo, sin dejar espacio para la oposición con las que estaban ya vigentes. La dicotomía entre lugares de un mismo país es floja y no se sostiene, demasiado estereotipada hasta para una comedia.

 

Si te gustó la primera parte, no te animes con la segunda porque solo hará que no quieras volver a ver la primera. Un lastre para el cine español, que carga con una reputación injusta a sus espaldas por culpa de películas como esta.

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La Sirenita II: regreso al mar (2000)

"El conflicto se sostiene, por poco"

Un pez fuera del agua. Así es como se siente Melody, la hija de Ariel, un pez fuera del agua. La secuela de la famosa película de La Sirenita trata de cómo es la vida tras el fueron felices y comieron perdices. Ariel sigue siendo humana, casada con el príncipe de sus sueños y compartiendo una vida en palacio y una hija con él. La premisa es buena, todos tenemos la duda de qué pasa después del beso apasionado, de la boda feliz entre los protagonistas pero, muchas veces, la curiosidad mata al gato. Esta es una de ellas. 

 

Todo el conflicto de la película se basa en que Ariel no quiere contarle a Melody su gran secreto: su pasado. Toda la trama de la película se podría haber ahorrado si la madre le habla a su hija de sus orígenes, más cuando ella insiste en escaparse al mar constantemente porque se siente atraída hacia él. No tiene sentido que, viendo esto, Ariel no decidiera contarle que fue una sirena, cosa que habría hecho muy feliz a su hija y le habría ayudado a entenderse mejor a sí misma. No se llegan a concretar los motivos de que se lo oculte, por lo que el conflicto no se sostiene.

 

Esta película es, básicamente, la original pero con los papeles invertidos. Como idea es buena, pero los creadores no supieron ver que no es lo mismo que una sirena quiera ser humana, a que una humana quiera ser una sirena. Cualquier persona que haya tenido infancia ha jugado a ser una sirena en la piscina, es un deseo que tenemos todos. Por eso, lo que nos sorprende es que alguien tan impresionante como un humano con cola de pez quiera salir del mar y ser una persona normal, con lo aburrido que es. No nos produce el mismo efecto que una niña quiera ser una sirena, lo sabemos, yo también quiero. Además, el espectador ya sabe quién es Ariel, así que sabemos que Melody tiene muchas posibilidades de cumplir su sueño, por lo que su búsqueda es absurda y aburrida.

 

Lo único bueno que tiene es que saca a relucir la importancia de entender tus orígenes y de hablar con tus padres sobre ellos, porque así puedes entender mejor quién eres y decidir a dónde quieres ir. Quién sabe, a lo mejor puedes ser una sirena pero tus padres te lo están ocultando.

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Regreso al futuro II (1989)

"Resiente la original"

Al acabar Regreso al Futuro 1 a muchos no nos quedó claro si esa escena final era un cierre rotundo o una puerta abierta a una secuela. La película de viajes en el tiempo en coche que nos mantuvo pegados a la pantalla de pequeños consiguió hacernos reír y emocionarnos a partes iguales. Marty McFly nos contagió sus ganas de vivir, literalmente, al acompañarle en su aventura de conseguir que sus padres de jóvenes se enamoraran de nuevo y que así él no desapareciera. La misión se cumple y no solo sus padres acaban juntos otra vez, sino que toda su vida mejora por completo. El final es bonito y satisfactorio, sin embargo, cuando ya todo parecía estar tranquilo, Doc vuelve para avisar a Marty y Jennifer, su novia, de un problema con sus futuros hijos. La situación podría haberse quedado ahí, siendo esa escena un simple gag para hacer ver que no es el único viaje en el tiempo que Marty realizará. Sin embargo, viendo el éxito de la película, la productora decide lanzarse a hacer una secuela y continuar esa última escena donde quedó, convirtiendo ese pequeño gag en una premisa algo forzada sobre la que construir no solo una segunda parte, sino una tercera también.

 

La problemática de conseguir enamorar a la versión adolescente de tus propios padres es insuperable ya que pocas cosas podrían justificar un viaje en el tiempo en una dramedia que resulte plausible. La continuación forzada de esta historia demuestra esto, solo hay que fijarse en la diferencia en la recaudación de ambos filmes en taquilla, pese a que la secuela tuvo un presupuesto mucho más amplio que la primera. Regreso al Futuro 2 se rodó prácticamente a la vez que la tercera, motivados solo por intereses económicos. El director de la saga confirma esta acusación, explicando que ellos en ningún momento contemplaron hacer una segunda parte y, cuando decidieron hacerlo, se vieron atrapados en ese gag final que no les motivaba a crear una historia sólida. 

 

Sinceramente, no me parece una segunda parte tan nefasta pese a estar muy por debajo de la primera, pero por lo que creo que debería entrar en esta lista es porque, al forzar una secuela no prevista, hace que la película original se resienta. Lo que podía ser un buen final de película con una escena abierta a la interpretación, ahora es percibido como un gag metido con calzador para dar pie a esta película.

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Star Wars Episodio II: El ataque de los clones (2002)

"Efectos especiales por guion"

En la compleja saga de Star Wars es difícil determinar cuál de todas sus películas sería la segunda parte propiamente dicha. La famosa trilogía original tiene una secuela propia, el Episodio V: El Imperio Contraataca. Esa sería la segunda parte si nos fijamos en el orden de producción de las películas, habiéndose producido primero el Episodio IV, V y VI. Esta primera segunda parte, antes de que existieran las precuelas, tuvo una gran acogida, elevando el nivel de la trilogía primigenia y siendo una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia. Es por esto que, cuando anunciaron la creación de una segunda trilogía, cronológicamente anterior a la ya estrenada, las expectativas estaban muy altas. Sin embargo, la segunda película siguiendo el orden de la historia, no tuvo el mismo éxito que el Episodio V. 

 

El Episodio II: El ataque de los clones cuenta el camino de Anakin hacia el lado oscuro. Sin embargo, habiendo visto a Darth Vader en las originales, no resulta plausible que el personaje que supuestamente será ese gran villano se guíe solo por sus caprichos. Es un joven débil e inmaduro que solo es capaz de manifestar sentimientos positivos hacia Padme, de la que está enamorado. Su maldad es demasiado obvia y el camino al lado oscuro acelerado e inverosímil. Un niño que en la anterior película demostraba ser capaz y poderoso se corrompe sin tiempo de mostrar si quiera la bondad que se le presume a un Jedi. Además, el apresurado desarrollo de la trama hace que no acabemos de creernos la historia de amor entre el joven guerrero y la Senadora Padme. Ella es una mujer fuerte e inteligente que mira por el bien ajeno antes que el propio, pero por alguna razón no es capaz de ver la tan obvia maldad infantil de Anakin. Le consiente todo, comportamiento que no es propio de una mujer de su talla. Podría argumentarse que está ciega de amor, pero por la falta de recorrido de los personajes y por ende del romance en su totalidad, es imposible empatizar con ella.

 

Los efectos especiales son un punto a favor de esta secuela que, por el avance de la tecnología, son visiblemente mejores que en la trilogía original. Para suplir las grandes carencias de guion y las conversaciones vacías y absurdas, George Lucas atiborra la película de planos espectaculares del espacio, carreras de naves imposibles y luchas a muerte. Aunque estos avances visuales son algo positivo, no son suficientes como para situar a esta película a la altura de las originales, bajando la calidad de la saga en una caía estrepitosa.

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Toy Story 2 (1999)

"Un guion que compromete la obra"

Volvemos a la infancia, a esa tierna historia de juguetes que se estrenó en 1995. La primera parte de la saga de Toy Story fue un éxito rotundo, además de para el público, también para el mundo del cine. Supuso un avance enorme en cuanto a tecnología de animación se refiere, mejorando la expresividad de los personajes. Lo más llamativo fue la manera que tuvo Disney de sobreponerse a los problemas que todavía tenían los medios digitales de la época. Como no lograban crear personajes humanos convincentes, optaron por hacer una película de juguetes que, gracias a sus movimientos poco articulados y su acabado de plástico eran ideales para animarlos en una película infantil. 

 

Toy Story 1 contaba con todos estos problemas técnicos y con un presupuesto de 30 millones de dólares. Tras su éxito y una recaudación de 373 millones de dólares, cinco años más tarde se estrenaba su secuela. Esta partía con un presupuesto mucho mayor, en concreto 90 millones de dólares. Además, los medios técnicos habían avanzado mucho desde el estreno de la película anterior. Todo ello auguraba una segunda parte con una calidad mucho superior a la primera. Sin embargo, no fue así. Es cierto que el éxito en taquilla fue prometedor, pero eso no quiere decir más que que la primera parte había dejado a muchos fans de esos simpáticos juguetes y querían conocer más sobre ellos.
 

El guion compromete la calidad de la obra, siendo este mucho peor que el de la primera parte. La historia es pobre y tiene muchas lagunas sin llenar. Esto se debe a que Disney no estaba pensando en estrenar esta secuela en cines, sino sacarla directamente al mercado audiovisual a través del soporte de vídeo. Pero conforme el proceso fue avanzando, Disney cambió de parecer y quiso estrenarla en salas, obligando a los creadores de Pixar a replantear toda la historia sin posibilidad de modificar la fecha de estreno, es decir, disponían de muy poco tiempo para reescribir la película y adaptarla al nuevo requerimiento de Disney. Esta producción contrarreloj repercutió mucho en la calidad final del producto, consiguiendo así entrar en nuestro top 5 peores secuelas.

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