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Superan el original

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"EL PADRINO"

"Aunque su predecesora es considerada por muchos como una de las mejores películas de todos los tiempos o incluso..."

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El Padrino: parte II (1974)

"La continuación perfecta"

Aunque su predecesora es considerada por muchos como una de las mejores películas de todos los tiempos e incluso la mejor, la segunda parte de la obra maestra de Coppola esta mucho más que a la altura. Se trata de un filme ambicioso ya que cubre el futuro del protagonista Michael Corleone al tiempo que cuenta en forma de flashbacks la historia de su padre, Vito, desde que era un niño hasta que comenzó el legado de la familia mafiosa. Se trata de un ampliación del universo literario de Mario Puzo (autor de la novela original y coautor del guion de las tres películas) que se estira en una doble dirección al tiempo que profundiza en la psicología y las relaciones de sus personajes mientras el tiempo histórico corre y el mundo cambia.

 

El guion juega muy bien con la contraposición ya que la vida de Michael entra en decadencia mientras que la de Vito pasa de la pobreza a la riqueza sin degradarse como persona. Ambos aumentan su poder e influencia pero con grandes matices que los diferencian: el mundo de Vito se construye y forma una familia mientras que el de Michael se desmorona y pierde el contacto con sus seres más queridos. El tono manejado en ambos planos temporales es similar aunque el de la historia del hijo se oscurece por momentos (esto se puede ver reflejado en la subexposición de la fotografía) y la música es excelente ya que juega con el estilo planteado en El Padrino (1972).

 

Sin duda, el gran punto de esta película está en que se encuentra perfectamente integrada con su predecesora de una manera orgánica: se trata de una continuación perfecta del cierre redondo de El Padrino. Respecto a los premios, obtuvo el doble de estatuillas de la Academia que su la primera parte de la saga Corleone (consiguió 6 premios Oscar). Como mención especial está la incorporación de Robert de Niro al maravilloso elenco original de Talia Shire, Al Pacino y John Cazale quien además obtuvo el Oscar a mejor actor de reparto interpretando al mismo personaje por el que Marlon Brando consiguió el premio dos años antes: Vito Corleone.

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Terminator 2: el juicio final (1992)

"Amplía las posibilidades del universo narrativo"

El caso de la segunda parte del thriller de ciencia ficción Terminator es tenido por muchos como uno de esos ejemplos paradigmáticos de que hay secuelas que no solo están a la altura sino que además superan al original. Personalmente me gusta un poco más la primera, con Arnold Schwarzenegger como antagonista implacable. El villano de la segunda parte, T-1000, interpretado por Robert Patrick es absolutamente icónico y sus poderes de ferrofluido fueron rompedores para la época en la que se produjo esta película.

 

Quizás su punto más fuerte sea el brillante desarrollo que recibe el personaje de Sarah Connor, un ejemplo de un personaje femenino fuerte, carismático y bien construido sin necesidad de sexualizarlo. Además aparece su hijo, John Connor, un personaje que juega a ser un adolescente macarra pero de buen corazón, un chico rebelde que no sabe que es el elegido para liberar a la humanidad de la perversa computadora Skynet. El arco de transformación de John está perfectamente desarrollado y se integra de manera redonda con el personaje de su madre, estableciendo una conexión emocional muy memorable. Si hablamos de conexión emocional es imposible pasar por alto como el joven trata de enseñar (con cierto éxito enternecedor) lo que son las emociones más básicas al Terminator de Schwarzenegger.

 

James Cameron es sin duda un cineasta muy ambicioso y que crea mundos increíbles con cierto punto de vista de autor sin perder la visión comercial de sus proyectos. La secuela de Alien (1979) de Ridley Scott que él dirigió estuvo a punto de colarse en este recopilatorio y recuerda mucho al caso de Terminator 2: el juicio final ya que lleva una película de ciencia ficción con elementos del terror y del suspense al campo de la acción más trepidante sin perder ese punto de oscuridad y tensión que tanto caracteriza a las películas originales. Este es un caso perfecto de ampliación de las posibilidades de un universo narrativo que se encuentra en una fase muy joven y en el que el camino a seguir no está del todo claro.

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Oldboy (2003)

"Pocos saben que es una secuela"

El caso de Oldboy es bastante curioso por dos motivos: se trata de la segunda parte de una trilogía de tipo conceptual ya que se trata de tres películas a través de las cuales su director, Park Chan-wook, escribe o más bien filma un ensayo acerca de la venganza y su justificación en la sociedad. El otro motivo, el más impresionante, es que se trata de una secuela tan buena y exitosa que mucha gente piensa que se trata de una película independiente que no forma parte de ninguna trilogía, incluso yo lo pensé durante mucho tiempo y se trataba de una de mis películas preferidas (lo sigue siendo).

 

La propuesta de Oldboy es sencilla: ¿Qué pasaría si eres encerrado en una habitación durante 15 años y, cuando estás a punto de escapar, eres liberado en la misma ciudad en la que desapareciste? Bajo esta premisa Oh Dae-su busca venganza en un mundo que no es capaz de entender y donde todo a cambiado a pesar de que la base es la misma. Es un filme muy oscuro pero realizado con un cuidado de cada detalle que permite que lo hace inabarcable ya que con cada visionado se encuentra un nuevo matiz que revaloriza esta joya del cine surcoreano.

 

Un ejemplo de esta dimensión artística tan trabajada es el uso del color a lo largo de toda la película para identificar al protagonista y al antagonista. Hay dos colores predominantes en la película: el rojo y el verde. El rojo es el color de Dae-su (protagonista), en contraposición al verde de Woo-jin (antagonista), y aparece con bastante frecuencia a lo largo del filme pero en menor medida que el color del villano. Esto se explica por el hecho de que Woo-jin siempre juega con ventaja ya que Dae-su no llega a ser del todo consciente del gran engaño en el que vive hasta que su antagonista no se lo revela voluntariamente. Sin duda, Oldboy es una de esas películas que te deja pensando un buen rato y que verás más de una vez para acabar de entender lo que ocurre.

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Star Wars: el Imperio contraataca (1980)

"Estructura compleja y giros de guion"

Esta superproducción de ciencia ficción ochentera es el segundo episodio de la trilogía original ideada por George Lucas y con la que revolucionó el cine y las narrativas transmedia para siempre. Lucas no es solo un cineasta sino que es un creador y exprimidor de mundo narrativos. La teoría de los puntos de contacto se adecúa perfectamente a la manera de trabajar de Lucasarts (ahora parte de Disney) ya que el universo no deja de crecer a través de todo tipo de obras y artículos de merchandising desde el origen mismo de la saga a finales de la década de los setenta del siglo pasado.

 

Es curioso ya que es la película más amada por los fans y el público en general pero no sigue una estructura especialmente simple y no es una película que evite ser lenta en nombre del ritmo, los primeros diez minutos son muy pausados y sirven para mostrar el desarrollo del protagonista y ubicarlo en el mundo de Hoth, el planeta helado que Lucas ideó como escenario principal de la segunda película de la saga Star Wars. Cabe destacar que el director de esta segunda entrega no fue George Lucas sino que fue Irvin Kershner, todo un acierto ya que la dirección de actores mejoró y los diálogos pudieron ser “tamizados” de alguna forma (Lucas crea mundo increíbles pero como dialoguista deja bastante que desear).

 

Si algo tiene esta película es que es icónica y supera a su predecesora en muchos sentidos, tiene un final apoteósico y muy poco esperanzador para los protagonistas, asunto que genera un cliffhanger para poder continuar la saga con una base de fanáticos expectantes por conocer el futuro de Luke, Leia, Han Solo y demás. Esta película también puede presumir de tener uno de los giros de guion más conocidos de la historia y que fue absolutamente revolucionario en su tiempo. El famoso “No, yo soy tu padre.” que pronuncia Darth Vader después de pelear contra Luke Skywalker en el planeta Vespin ha quedado como todo un elemento de nuestra cultura popular y como un icono del spoiler, del destripe de las tramas de las películas.

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La muerte tenía un precio (1965)

"El lado más humano de los personajes"

Para cerrar este recopilatorio de mejores secuelas cinematográficas me gustaría mencionar el caso de La muerte tenía un precio. Se trata de una película que es la continuación conceptual de Por un puñado de dólares (1964). Estas dos películas conforman, junto con la celebérrima El bueno, el feo y el malo (1966) la conocida como “trilogía del dólar” o “trilogía del hombre sin nombre” del director italiano Sergio Leone. Se trata de un caso similar al de Oldboy ya que el trinomio formado por estas cintas no se corresponde tanto a un universo narrativo (aunque varios actores se repiten en papeles muy similares entre sí) sino a un concepto, en este caso se trata del arquetipo mismo del forajido típico del western americano explorado desde diferentes puntos de vista.

 

Si el salto a la fama de Clint Eastwood fue la primera parte de la trilogía, esta segunda película lo consolidó definitivamente en el panorama de Hollywood (curiosamente interpretando el protagonista de un spaghetti western, género muy infravalorado hasta ese momento). El presupuesto para esta cinta triplicó el de su predecesora (de 200.000 dólares pasó a 600.000) y el resultado fue realmente asombroso ya que el pequeño y torpe mundo del spaghetti western de Leone adquirió una dimensión mucho más profunda y elevó a sus arquetípicos personajes a un nivel de complejidad y solemnidad muy superior. La banda sonora del gran Ennio Morricone no puede separarse del gran valor artístico de esta película clásica, sin su música nada tendría esa frescura tan típica de Leone que resulta experimental incluso hoy en día en alguna de sus facetas.

 

Aunque para la mayoría la mejor entrega de esta trilogía es la tercera parte (algunos la consideran una de las mejores películas de la historia del cine) yo opino que la segunda es superior ya que cuenta una historia más profunda y oscura que las otras dos y el personaje antiheroico del coronel Mortimer (interpretado por Lee Van Cleef) es un derroche de carisma absoluto. En esta cinta Leone muestra el lado más humano de sus personajes sin dejar de lado la estética “marronera” de sus películas y su extravagante lenguaje de planos y movimientos de cámara en el que las convenciones del western clásico son parodiadas y desmontadas, vaciadas narrativamente como si de un niño jugando con muñecos de vaqueros se tratara.

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